Los botones para compartir con las redes sociales están en todas partes. Omnipresentes en la web, invitan a decir que nos gusta, a twittear, a compartir con Google+ o LinkedIn, cualquier página para que su contenido sea visto por cientos, o mejor dicho, millones de visitantes potenciales. ¿Pero son tan necesarios que nos quieren hacer creer?
Un prejuicio permanece a menudo con la utilización de estos botones. Esta invitación a compartir puede ser fácilmente percibida como alguna mendicidad, un llamado desesperado para mostrarse donde está la acción, es decir, en las redes sociales. ¿Pero cúales redes sociales? Cada tipo de contenido será de interés para una red más que otra. ¿Cúal red privilegiar? ¿Una profesional (LinkedIn, Viadeo)?, ¿una genérica (Facebook, Twitter, Google+)?, ¿una red de imágenes (Pinterest, Instagram)? Mostrar más de dos o tres opciones aumenta considerablemente para el visitante la impresión de que este sitio no es para él, que es demasiado general y que no le encaja. Un servicio de agregación como ShareThis propone casi un centenar de redes de las que tendrá que tomar una decisión informada dependiendo del tipo de contenido, de su temática, de su lengua, de los usuarios de su sitio.
Estas acciones no son iguales. ¿Qué se gana con un «Me gusta»? Mejor que el visitante comparte un enlace y le da un contenido propio antes de compartirlo con su comunidad.
En lugar de tratar a toda costa de hacer compartir su contenido, es más interesante hacerlo compartible. Los metadatos del protocolo Open Graph existen para eso. Propiedades tales como title, description, url, type e image para nombrar unas pocas son utilizadas por Facebook, Google+ y LinkedIn. Por su parte, Twitter utiliza los metadatos Twitter Card que son más o menos equivalentes. Una vez completados, estos datos serán usados directamente por las propias redes para pre-llenar sus formularios de compartir, facilitando así el discurso asociado con el contenido compartido, ya que este discurso está centralizado en su lado, en el del productor. El compartidor puede entonces agregar un toque personal.
Nos guste o no, el contenido despegó. Ya no podemos pensar en nuestro contenido sólo como un medio para atraer visitantes a su sitio a través de los motores de búsqueda. La optimización on site ya es sólo una parte de la fórmula mágica. Se debe también trabajar activamente del lado de las redes sociales, es decir, al menos presentar allí su propio contenido y satisfacer las necesidades de los visitantes donde están, aunque esta interacción no conduce espontáneamente a un aumento en el número de visitas a su sitio web (estamos hablando aquí de branding).
Un prejuicio permanece a menudo con la utilización de estos botones. Esta invitación a compartir puede ser fácilmente percibida como alguna mendicidad, un llamado desesperado para mostrarse donde está la acción, es decir, en las redes sociales. ¿Pero cúales redes sociales? Cada tipo de contenido será de interés para una red más que otra. ¿Cúal red privilegiar? ¿Una profesional (LinkedIn, Viadeo)?, ¿una genérica (Facebook, Twitter, Google+)?, ¿una red de imágenes (Pinterest, Instagram)? Mostrar más de dos o tres opciones aumenta considerablemente para el visitante la impresión de que este sitio no es para él, que es demasiado general y que no le encaja. Un servicio de agregación como ShareThis propone casi un centenar de redes de las que tendrá que tomar una decisión informada dependiendo del tipo de contenido, de su temática, de su lengua, de los usuarios de su sitio.
Estas acciones no son iguales. ¿Qué se gana con un «Me gusta»? Mejor que el visitante comparte un enlace y le da un contenido propio antes de compartirlo con su comunidad.
En lugar de tratar a toda costa de hacer compartir su contenido, es más interesante hacerlo compartible. Los metadatos del protocolo Open Graph existen para eso. Propiedades tales como title, description, url, type e image para nombrar unas pocas son utilizadas por Facebook, Google+ y LinkedIn. Por su parte, Twitter utiliza los metadatos Twitter Card que son más o menos equivalentes. Una vez completados, estos datos serán usados directamente por las propias redes para pre-llenar sus formularios de compartir, facilitando así el discurso asociado con el contenido compartido, ya que este discurso está centralizado en su lado, en el del productor. El compartidor puede entonces agregar un toque personal.
Nos guste o no, el contenido despegó. Ya no podemos pensar en nuestro contenido sólo como un medio para atraer visitantes a su sitio a través de los motores de búsqueda. La optimización on site ya es sólo una parte de la fórmula mágica. Se debe también trabajar activamente del lado de las redes sociales, es decir, al menos presentar allí su propio contenido y satisfacer las necesidades de los visitantes donde están, aunque esta interacción no conduce espontáneamente a un aumento en el número de visitas a su sitio web (estamos hablando aquí de branding).
Imagen: Social media icons por Andy.
Social share buttons are useless (en inglés)
Les boutons de partage social ne servent à rien (en francés)
Os botões de compartilhamento social são inúteis (en portugués)
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